Una cana en el coño

Otro lunes de mierda, ¿pero qué le pasa a mis lunes? Los lunes me abandonan mis amantes, los lunes se fastidian las reuniones, los lunes ya estoy cansada…

Hoy no iba a ser menos. Todavía no hay cole y no puedo trabajar, están las niñas. Me suena el móvil a las 8.30 de la mañana entrando un whats up de no sé quién. Miro para ver si es importante y es una mierda de video donde una mujer le atiza a otra con un perro. Sigo durmiendo. A las 9.00 viene una de mis hijas y me dice:” mamá ¿puedo ver la tele?”. Podría haberme dicho puedo matar a la perra, o meter la cabeza en el horno que creo que me hubiese dado igual, suelto un gruñido y sigo durmiendo.

Cuando por fin me levanto 9.10, me visto con cualquier cosa, les preparo el desayuno a las peques y me bajo con la perra a desayunar. Tengo la mala suerte de encontrarme a mi colega que mientras me pone el café me dice que ha perdido el móvil pero que fue por una buena causa porque se tiró a un tío en la playa divino y maravilloso mientras tres espontáneos se masturbaban. Me alegro por él, me encanta que la gente disfrute del sexo, y cuando me pregunta tú que tal el sábado me quiero morir.

Mí sábado prometía. Niñas colocadas con mis padres, toda la casa para mí, no tenía una cita pero en mi mente había montado mi fantasía Disney porno donde llegaba al concierto me encontraba con mi Margarito y sellábamos nuestro reencuentro con un fantástico polvo en la playa. Look roquera, condón en el vaquero, móvil para utilizar como linterna para bajar a la playa y no darme una leche y perder los dientes delante de mi Margarito. Cuando por fin le veo, charlamos un poco y me suelta: -” me ha dicho una amiga que coloque estas tres palabras por orden de importancia, dormir, comer o follar. Y le he dicho en ese orden, me encanta dormir”- Os juro que no escupí la caña porque una aún tiene dignidad. El condón empieza a derretirse en el vaquero, hoy no va a ser el día. Así que me vengo para casa, no tiene sentido estirar.

Sigo con mi Lunes. Cuando subo a casa después de poner mi mejor cara escuchando las proezas sexuales de mi colega con una envidia que muero, me encuentro mi salón arrasado.

Las “niñas” han decidido que el material escolar se ve mejor cuando está desplegado por todo el suelo, para así tener mejor perspectiva de sus posesiones, me quiero morir. Agrrrrrrr. Pego un par de gritos y me preparo para momento zen en la ducha.

Este es mi momento, ya voy a aprovechar para depilarme para prepararme para las dos interesantes citas que seguramente ( cruzo los dedos) tendré esta semana y….. NO PUEDE SER, UNA CANA EN EL COÑO!!!! Pero si todavía no tengo 40 años.
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alejandar Lunik,LOLA #105

¿Qué haces en ese momento? toda mi vida paso por delante como una peli. Me quise morir, ¿cómo se arregla esto?¿con tinte, me quito todo, que hago? Me quedé paralizada. Respiro. Vuelvo a respirar.

Salgo de la ducha tremendamente afectada y pensando que está siendo otro lunes complicado además me siento rara. Se me ocurre mirar en la agenda y: MAÑANA REGLA, y en esto soy como un reloj. Bueno pues deja la puñetera cana en su sitio no te va a hacer falta arreglar el tema hasta nuevo aviso. Agrrrrrrr.

En un arranque de energía me digo que el día lo arreglo yo. Voy a tomar decisiones y mi suerte cambiará. Mando un whats up a mi Margarito para quedar esta semana para ver si podemos tener una charla y puedo decirle lo mucho que me apetece retomar el sexo con él, que se esté tranquilo que no quiero una “relación amorosa”, no tiene que cuidarme, mantenerme, ni adivinarme, que solo quiero tener complicidad, divertirnos juntos y pasar ratos agradables.

Por fin consigo la ansiada cita y suena un whats up. Es mi pareja. Aquí resumo la historia muchísimo no os preocupéis. Me viene a decir que Margarito se está viendo con una de sus amigas y que se han hartado de follar. Yo me quedo con cara de acelga. Todavía no he conseguido sacar el condón derretido del vaquero. Agrrrr. Pienso que es una coña por lo surrealista de la historia y por la persona que lo cuenta pero a estas alturas de lunes una ya no controla su estado emocional después de tanto susto existencial. TENGO UNA CANA EN EL COÑO.

La crisis ya es mayúscula. El salón sigue hecho una jungla. Mi marido me mira con cara de “pobre mujer que mala suerte”. No sé qué coño hacer. Hablo con “Hermano Mayor” que para estas crisis es genial, diseccionamos todo lo ocurrido excepto lo de la CANA ( no hace falta que él lo sepa) y me dice que me tranquilice que siga con mi cita y mi plan.

Recupero un poco el norte pero lo pierdo a los cinco minutos, no puedo no hacer nada, me siento superada por todos los acontecimientos y le mando unos mensajes a Margarito diciéndole como me siento y contándole la historia. Y flipó. La historia no existe. Me dice que no me preocupe que no es cierto. Vuelve la cara de acelga, la CANA sigue ahí, el salón sigue hecho una jungla. Aggrrrr.

¿Cómo narices enderezo el lunes? Es imposible. Se me ocurre idea brillante. Voy a doblar la colada. Tengo una torre de aproximadamente tres lavadoras que he colgado aprovechando el buen tiempo, y empiezo a doblar y con ello a relajarme. Voy haciendo castillitos de ropa por habitaciones, que mono. Es lo que necesitaba no pensar en nada, algo mecánico y ordenado, algo que pueda controlar en un auténtico día de caos. Y llega la hora de ir a yoga.

Salgo de casa me pongo los cascos y pienso: ahora es mi momento, voy a no pensar en nada , mi lunes acabará y llegará el martes,el miércoles, el jueves,… Tengo esperanzas con mi miércoles. La pena es que la CANA seguirá pero ya no me importa, ahora solo quiero reírme de mi lunes de mierda y empezar el martes.

Una cana en el coño

2 comentarios en “Una cana en el coño

  1. Del mismo autor de «Un encuentro con el placer. La masturbación femenina» (de acceso libre en https://files.acrobat.com/a/preview/e7d47d69-6240-46be-bd87-3b91fc6ab5dc), donde se indica que lo que creemos saber sobre ello es FALSO, se publica ahora el libro titulado «LA SEXUALIDAD DE LAS MUJERES MAYORES… Y SU EXPERIENCIA CON LA MASTURBACION».
    ¿Tienen deseos sexuales las mujeres tras la menopausia? Y puesto que la masturbación es la práctica que mejor muestra la autonomía sexual de la mujer, la más sencilla y accesible ¿se masturban las mujeres mayores?
    Generalmente se cree que las mujeres se tornan asexuales cuando traspasan ese umbral hormonal. Y no hay forma de saberlo porque a ellas les da vergüenza hablar de eso, y su entorno tampoco parece muy dispuesto a escuchar lo que tengan que decir.
    ¡Estamos de suerte, porque este libro responde a esas preguntas!
    En un texto ágil y de fácil lectura, 56 mujeres valientes, postmenopáusicas, hablan por primera vez de sus deseos sexuales, de las actividades sexuales que comparten con sus parejas, de los trucos que utilizan para sentir orgasmos en el coito, de su experiencia con la masturbación y de lo que han observado sobre estos temas en su entorno inmediato. Y, así, se muestran ante nosotros como los seres deseantes que son.
    Este libro no muestra estadísticas, sino experiencias vivas, relatadas por ellas mismas.
    Si están interesados en el tema de este libro, pueden adquirirlo en este enlace:

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