Sincronicidades

Yo no creo en las casualidades. Ayer por la mañana una amiga me mandaba un enlace sobre un documental que se iba a proyectar en un cine de Ferrol. Entré en el enlace y hablaba de lo “controvertido” del documental a proyectar ,que se titula “Amar en libertad”. Os comparto el enlace porque me parece muy interesante https://www.youtube.com/watch?v=clhMv-7RmDQ.

Leyendo la noticia veo que la directora es del pueblo de mi madre, sitio en el que casualmente estoy pasando mis Navidades, ¡vaya coincidencia! Me bajo a la plaza a tomarme un café al sol y continúo la lectura de  un libro delicioso que también recomiendo. “Otras maneras de amar” de Charo Altable Vicario.

Comienzo la página 214 y hacia la mitad pone: “Amar en libertad es: asumir que cada persona tiene el protagonismo de su vida y, por tanto, debe respetarse, reconocerse, concederse el valor que tiene….”. Este momento ya fue la hostia y dije aquí está pasando algo raro que tengo que escuchar.

Me meto en el Facebook a buscar a la directora del documental y le cuento este cúmulo de casualidades y me dice que está en el mismo lugar que yo, le cuento que tengo un blog y me dice que lo conocía y que había pensado en ponerse en contacto conmigo pero que como este año estaba parado pues nada. Aunque ella tiene una agenda apretada y vuelve a Madrid quedamos para conocernos y charlar un rato.

Fue muy poco tiempo así que creo que no pudimos compartir nuestras historias. Yo tenía curiosidad por saber que le había llevado a hacer el documental, donde podía verlo y sobre todo que piensa la gente después de verlo. Creo que ella estaba bastante sorprendida con la acogida que había tenido en Ferrol (sitio donde se va a volver a  proyectar), incluso un poco abrumada, diría yo.

De este encuentro me quedo con que estamos en contacto y que la vida nos ha puesto en el sitio y el momento adecuado para conocernos y ya se verá. También creo que esto surge como una señal de volver a retomar el blog y el activismo. Tengo dudas sobre desde que lugar porque aunque mis emociones me acompañan ya no tengo tantas “aventuritas” que contar.

También estoy pensando en algo que me dijo: “tenía curiosidad por saber quién estaba detrás de saltandolalinearoja”. Llevo todo este tiempo en el anonimato porque quería cuidar a todos y todas aquellas personas de mi entorno que no se sentían tan cómodas con este estilo de vida. Ahora ya no hay nada que esconder porque los más allegados y queridos saben de mi forma de ver la vida, pero creo que tengo una responsabilidad con una parte de mi trabajo que todavía tengo que darle una vuelta.

¿Soy un buen modelo para los y las adolescentes? Visito institutos como educadora con temas de violencia, igualdad y educación sexual. Los temas de orientación sexual os puedo asegurar que están normalizados, menos mal, pero los modelos relacionales siguen siendo a dos.

Mi compañera y yo abordamos los mitos del amor romántico y como crear relaciones igualitarias y de buentrato. Detrás de esas cabecitas adolescentes no solo vemos la influencia de las canciones, películas, libros y la presión social, están sus familias. Sus padres/madres son  sus referentes, de ahí salen los estereotipos de género.

Yo llevo casi 5 años educando a mis hijas en otro modelo completamente distinto y fuera de norma. Si puedo decir que su mirada es diferente pero están dentro de la sociedad y de vez en cuando caen en lo típico.

Voy a estar atenta a las señales porque seguro el 2020 trae la solución a este dilema y mientras seguir compartiendo con las personas que no se han aburrido de leer este blog de señora.

Aprovecho para recordar que siempre estoy abierta al encuentro y conocimiento, miro el mail todos los días así que si alguien quiere conocerme que me haga toc toc en saltandolalinearoja@gmail.com.

Sincronicidades

Resumiendo

Año extraño este 2019. Justo hace un año por estas fechas mi marido decidía comenzar una nueva vida. Eso inevitablemente llevaba pareja que yo comenzase otra quisiera o no.

Todo mi sueño de vivir en comunidad a la mierda. Que se rompa un matrimonio hoy en día no es novedad, lo novedoso sería durar 30 años. Tengo que ser sincera, en mi fantasía mi comunidad era un lugar seguro y mágico para todos y todas, y aunque siempre pensé que los miembros de la misma podrían ir y venir y nutrirse de seres variopintos, los iniciadores de esta experiencia permaneceríamos. Di muchas cosas por hecho.

La primera, mi exmarido no se sentía pareja si no teníamos una vida sexual activa, si no se sentía deseado y especial. Encontró una persona que le daba esa especialidad, aunque fuese a palos (psicológicos), y que él no podía encontrar en sí mismo. No me voy a meter a detallar lo doloroso que fue esta relación durante tres años por la cual el decidió dejarlo todo y arriesgar.

Solo diré que cuando tuvo toda la libertad de empezar una vida con ella en su nuevo hogar no llegaron ni a pasar una noche juntos. Tengo una conversación pendiente con él por este tema porque aún sigo cabreada y perpleja cuando tomando un café me enteré de que no estaba con ella y que se sentía liberado porque había sido un calvario para él. Os juro que me quedé tan ojiplática que no supe reaccionar. Solo sentí una ira profunda y ganas de darle de hostias.

La segunda, mi pareja actual se unió a nuestra convivencia hace dos años. No solo nos convertimos en una mini comunidad sino en una familia, el trabajo que hizo y que hicimos para crear este espacio fue titánico. Negociaciones, acuerdos, normas, cuidados y descuidos, horas interminables los tres en la cocina para encontrar caminos intermedios. Horas con las niñas y niño para darles un espacio raro sí, pero donde se sintiesen segur@s.

Cuando se rompió la comunidad nos vimos en una situación extraña, de repente parecemos una pareja monógama, convencional, montando una casa , y para eso no estábamos preparados, por lo menos yo no. Han sido casi 9 meses de trabajo de reajuste para saber que somos y sobre todo como queremos estar. A mí me aterrorizan las parejas pero me entusiasman las relaciones humanas. No necesito tener muchas relaciones, de hecho, en este año me ha llegado con aguantarme a mí misma y no joderle la vida a mi compa con mi tristeza.

Con todas estas dificultades, ajustes y desajustes, duelos, discusiones, hemos llegado a construir un hogar donde nos sentimos profundamente libres y cómodos. Donde nuestras hijas e hijo se sienten cómodos y queridos. Donde nuestra familia, amigos y mi exmarido siguen alimentando esta sensación de que mi comunidad sigue de otra manera y que es una forma de ver la vida.

Hemos llegado a este punto porque aunque el proceso no ha sido fácil tuvimos siempre el objetivo claro y el cómo hacerlo. Mis hijas y su bienestar eran mi objetivo, mantener la amistad y el cariño con su padre era otro (nuestra mediadora y nuestra abogada creo que nos ponen como ejemplo del buen querer y el buen hacer). Cuidar a las personas de nuestro entorno era importante y también cuidar el proceso. Para ello las tuvimos que mantener al margen para no escuchar opiniones y solo escuchar el corazón

Mi pareja, apoyó y respetó todo lo que nosotros decidimos como padres y expareja, quedándose al margen y acompañando mis momentos más duros. Te amo Joaquín y no sabes cuánto te agradezco que hayas aguantado esta cara amarga todo este año. He entendido con el tiempo cual ha sido tu lugar y lo difícil que es. Nos quedan retos, seguro, pero creo que la oportunidad de seguir buscando lo mejor para nosotros sin renunciar a nuestra identidad es transformador.

Así es como veo yo las relaciones, eso es lo que he aprendido del poliamor. El amor no todo lo puede, el sufrimiento no asegura el éxito de mejora o cambio. Hay que aceptar, lo otro y lo tuyo. Hay que conocerse y poner límites. Hay que pedir sí, pero dar también. Hay que abrir el corazón para que el otro u otra lo observe y pueda enseñar el tuyo, no abrirte en canal para que el otro u otra coja tu corazón y lo haga trizas.

Hay que mostrarse vulnerables cuando no se puede o no se sabe, y no para usar el chantaje emocional. Hay que estar atenta con las trampas que nos ponemos y que culturalmente tardaremos años en quitárnoslas del adn. Hay que mirarse con compasión porque somos seres humanos entrelazándonos en este mundo de felicidad extrema obligada e inmediatez.

Por momentos no me creo que haya pasado un año. Un año donde he hecho muchas cosas por primera vez, cosas que no creí que podría hacer. He sido mucho más YO, con todo lo que eso trae, jajajaja.

Me queda un ratín para salir de la tristeza pero miro al 2020 con curiosidad. Comenzaré el año con mis hijas, mis padres y mi pareja. Mi exmarido vendrá si quiere y no tiene planes (ahora tiene otras relaciones, creo). Pediré mi deseo de comienzo de año con pasión y pondré todo de mi parte para que se cumpla.

Ah y prometo estar más activa con el blog porque creo que el 2020 traerá novedades.

😉

Resumiendo