Me fui de vacaciones con una maleta llena de ilusiones, ganas de descansar y conectar con mis amores. Metí en la maleta tres libros. Aunque me había prometido no llevar nada para estudiar, al final no pude evitarlo y me llevé un librito inspirador.
No sabía que el orden de lectura de los libros iba a tener un papel importante en los acontecimientos de mis vacaciones.
El jueves me subí al coche con Siete camino de Madrid con el libro de “La magia del orden” de Marie Kondo a medio leer. Puse todas las esperanzas en este libro para ver si era capaz de ordenar el caos doméstico que impera en mi vida. Al principio no entendí muy bien la obsesión por desechar de la maestra Kondo pero confié y vi que gran parte del orden en la vida consiste en simplificar. Tiene un método muy eficaz para elegir qué cosas se quedan en tu vida y cuáles no. Coges el objeto en tu mano y te preguntas: ¿esto me hace feliz? Si la respuesta es sí se queda, si la respuesta es no, se va. Al principio me pareció muy drástico, pero el capítulo de cómo se doblan los calcetines me pareció entrañable y me recordó que el amor también está en cuidar las pequeñas cosas.
Venga, que me desvío. Fui acompañando a Siete a Madrid para apoyarla en una parte complicada de su vida. Me lo pidió y no podía ser de otra manera, las personas que se quieren están para apoyarse. Pasamos el viernes de acá para allá solucionando cosas y llegó el merecido descanso. Yo le había comentado a Siete que el sábado lo pasaría con mi Dibujante y al final del día me reuniría con mi marido y mis hijas en Madrid para continuar viaje al día siguiente y comenzar nuestras vacaciones en familia.
En un alarde de honestidad y transparencia, y aprovechando el viaje Siete y yo compartimos confidencias sobre nuestras otras relaciones. Eso creó un punto de fricción y yo me sentí molesta con el trato que tiene una de sus parejas hacia ella, y no me pude callar y le di mi opinión. No eran celos lo que sentía, simplemente no entendía porque asumía un trato desigual que no se merece. Yo le compartí mis nervios por encontrarme con mi Dibujante porque era la primera vez que íbamos a pasar un día juntos, y también le comenté la posibilidad de que se nos uniese el viernes después de la cena.
Supongo que después de pasar nuestro momento de intimidad maravilloso , Siete, se sintió fuerte, confiada y generosa y , mi Dibujante se unió a la cena. Yo estaba preocupada por ella, por cómo se sentiría, y le transmití el mensaje a él de que mi posición sería estar en total sintonía con ella y cuidarla. La cena fue bien y al final del encuentro se produjo la foto más deseada creada en mi cerebro, estaba bajando Arturo Soria de la mano entre mis dos amores.
Al día siguiente me despedí de Siete y pasé el día con mi Dibujante.
Fue un día tranquilo, de piscina, de ensalada de supermercado, de confidencias, de sonrisas, de miradas cómplices, de detalles, de besos y caricias.
Por la tarde me reuní con mi familia y comenzaron mis vacaciones. Consistían en estar en casa de mi hermano en la playa con el único propósito de ir a la piscina o a la playa y que los 6 niños (3 de mi hermano y las 3 mías) disfrutasen al máximo mientras los mayores intentábamos descansar.
Antes de irnos le propuse a mi pareja que bajásemos la comunicación con nuestras relaciones para poder dedicarnos una semana para nosotros. No era una desconexión total , simplemente era dejar reservado un tiempo concreto para conectar de manera puntual pero no estar todo el día con el teléfono a cuestas. Yo hablé con Siete y mi Dibujante y les pareció bien. Mi pareja no aclaró este acuerdo con su pareja y esto nos causó problemas entre nosotros.
Durante tres días mi marido apenas me habló. Se metía en la piscina con las niñas y allí permanecía durante horas mientras yo me devanaba los sesos pensando que coño estaba pasando. Porque habíamos ido a conectar y no conectábamos ni pa tras. Mientras leía mi Magia del orden.
A la vez hablé con Siete y me comentó que el día que yo había pasado con el Dibujante ella se reencontró con su relación “tóxica” en Madrid y fue un reencuentro que las iluminó y puso las cosas claras. Como consecuencia me confesó que empezaba a sentir algo por ella y aquí se me fundió el plomo directamente. Me sentí ridícula, y le dije que no quería seguir participando como su pareja, me pareció prudente dar espacio a que esa relación floreciese. Hay una cosa que siempre he tenido clara con Siete y que hablamos en Madrid. Para mí es muy importante que todas sus parejas sepan que existo y que papel ocupo en su vida. No concibo otra manera. Siete siempre ha sido honesta conmigo y me lo ha contado todo, y eso me hacía sentir muy segura y confiada, pero ella no contaba lo mismo a sus otras parejas. Bien por miedo a perderlas porque no aceptarían a una persona poliamorosa , bien porque no estaba segura de que papel tenían estas personas, no lo sé , el caso es que yo vi claramente como iba de cabeza con una persona que no la haría feliz y no quería ser participe de esa historia. Igual suena muy egoísta, mi amistad está ahí y mi apoyo es incondicional pero no quiero ver como intentando conseguir el amor de su vida se da de cabezazos contra una roca y prueba y prueba una y otra vez. Igual me equivocó y esta es “la historia” pero tengo un sentir dentro de cuerpo que me dice que no, y que me aleje. Siete tiene que encontrar su camino y yo andaré a su lado cuando ella quiera , la escucharé y la apoyaré , pero no voy a vivir en directo como sigue las normas de un sistema que sabe que no es el suyo ,que no la deja ser libre y que le propone un sistema rígido. No digo que el mio sea mejor y seguro yo no soy su persona, pero he estado casi 9 meses navegando a su lado y siempre respetándola y queriéndola de la mejor manera que se.
Marie Kondo me dio la pista: simplifica. Y eso hice. El mismo día que hablé con Siete cojí a mi marido por banda y le dije: ¿Qué pasa? Y comenzó a hablar. No había hablado de su acuerdo y se había desconectado de manera drástica causando un silencio que supongo alucinó a su pareja. Dos decisiones en el mismo día, desechar, no personas, ojo, pero si complicaciones. Deshacer problemas y cosas que me estaban ocupando la mente y no me hacían feliz.
El sábado mi marido se fue de vacaciones con su pareja tras aclarar su entuerto y yo me quedé con las niñas y mi familia.
Comencé a leer “Mas peligroso es no amar” de Lucia Etxebarria. Es un libro sobre el poliamor donde aparecen partes de este blog. Me lo había traido mi Dibujante firmado y con dedicatoria de la autora. Lo devoré. Honestamente me salté las partes de mi blog, me daba una vergüenza horrible leer mis propias palabras en su libro.
La duración del libro coincidió con la semana que estaba sola y podía ya reconectar con mi Dibujante. Esto no fue fácil. Leyendo el capítulo de tipos de poliamor, me quedé enganchada con el tema del poliamor jerárquico. Es un tema que llevo dándole muchas vueltas desde hace meses. La palabra poliamor me molesta por el uso que se está dando actualmente y me siento más identificada con otros conceptos como amor libre o amor amplio, o yo que sé. Sé que la anarquía relacional no es mi modelo, y que igual tengo que vivir y crear yo el mío propio porque no me gustan las etiquetas impuestas. Claro que existen las jerarquías, a mi pesar, y que no hay mundo ideal, que no se puede contentar a todo el mundo ni cubrir todas las necesidades, eso es imposible. Yo lo he intentado y dejas de preguntarte que es lo que quieres tú para solo pensar en lo que quieren los otros, y al final la cagas una y otra vez. Yo vivo con mi marido y mis hijas, tenemos obligaciones y responsabilidades, pero mi corazón es mío y ahí no hay jerarquías.
Se me ocurrió comentar este tema que me apasiona con mi Dibujante y la conversación derivó por otros derroteros. Salió la activista, la revolucionaria, la feminista, incluso la polemista que hay en mí, y con ella una parte que tengo que él odia, la rabia. Desde ahí le hago daño. Cuando le conocí me pidió que me quitase la coraza, que le mostrase a él la persona que soy sin filtros y lo he hecho. Esta parte de la rabia, esa parte que te dice una frase irónica que te jode también soy yo. Y como dice él, puedo pasar de ser un oso amoroso cariñoso a hablar desde el enfado dejando salir la frustración. Esto enturbió nuestra semana y no sabíamos como deshacer esa energía pesada y molesta.
Comencé entonces “La vida no tiene marcha atrás” Evolución de la conciencia, crecimiento espiritual y constelación familiar de Wilfried Nelles. Este hombre me iluminó. Estaba leyendo angustiada cuando apareció una frase: ”las crisis preceden momentos de transformación”. Mmmmmmm vale sí, pero joder como duelen. Más adelante llegó otra: ”solo cuando nos sentimos amados nos abrimos y mostramos nuestro interior”. Y aquí si lo entendí, solo podría salir de la crisis usando el amor como camino de conocimiento y la inteligencia del corazón.
Como dice Otto C. Scharmer,”mente abierta, corazón abierto y voluntad abierta” esa es la receta y eso hice. Añadí algo de mi cosecha a esta receta que fue sentido del humor y salimos de la crisis.
He vuelto a casa y todavía no he acabado el libro, así que seguramente tendrá alguna enseñanza más por ahí escondida. Me viene bien porque la vuelta al trabajo ha sido de lo más ajetreada y quiero mantenerme en equilibrio y dar lo mejor de mí.
A pesar de todo este trajín de vacaciones pude disfrutar del amor incondicional a mis hijas ,a mis sobrinos ,a mi hermano y mi cuñada que me cuidaron muchísimo aunque ellos no sean conscientes. A veces las cosas son súper sencillas y como dicen ellas: mamá, juguemos al parchís, mientras de merienda toman chocolate blanco.