Hace unos días una amiga me mandó este artículo http://www.pikaramagazine.com/2015/09/no-eres-tu-es-la-estructura-desmontando-la-poliamoria-feminista/ , y me hacía un guiño al que había escrito yo de “Si no es divertido no es sostenible”.
Hace días que no escribo porque en esta semana me ha pasado de todo, y hubo días que “esto del poliamor” dejó de ser divertido.
La semana prometía. Esperaba con ansia varios encuentros pero uno de manera especial.
El martes, desastre. Una no deja de sorprenderse con lo propio y lo ajeno. No merece ni comentarlo, solo decir que afortunadamente la tecnología está de mi lado y esta persona ya está fuera de mi vida. Me quedo con el aprendizaje de la situación, que aunque desagradable y ajena totalmente a mí, me sirvió para reafirmarme en que yo soy dueña de lo que hago, lo que siento, y que soy yo la que elijo lo que quiero hacer.
El jueves estuve procesando con “Hermano mayor” toda mi semana de mierda, y además comenzamos a debatir la parte teórica del poliamor, y como este cambio de paradigma estaba afectando a mi vida, mis relaciones y mi visión personal del mundo. Le comenté el miedo a perder perspectiva, a que el poliamor se convierta en el “centro” de todo y estar desconectada de la monogamia, un estado que era el mío hace apenas 6 meses.
Siento un profundo respeto por la monogamia, por las parejas que se aman, se respetan y comparten su vida libremente. No quiero estar en un lado, esto no son posiciones, no estamos en un partido. Para mi es una opción de vida, la mía. No me siento en una posición privilegiada. Si me pinchan sangro, si me pegas me duele, amo, siento celos, inseguridades, miedos exactamente igual que los demás.
Leyendo el artículo me di cuenta que tengo suerte de tener “herramientas” para la gestión emocional, pero aun así caigo y vuelvo a caer. Todavía no me valen para resolver todos los enigmas pero me ayudan a detectar cuando estoy atascada y no soy capaz de salir.
El ansiado encuentro no se produjo, o por lo menos de la manera que yo esperaba. Así que ante el temor de entrar otra vez en la espiral del estado límbico a velocidad supersónica decidí “hacer algo”. Y es precisamente HACER lo que yo necesito. Hay muchos tipos de personas, soñadoras, planificadoras,… hacedoras. Yo tengo un poco de todas pero lo que más me define es la ACCIÓN. No puedo quedarme parada a ver qué pasa, va en contra de mi naturaleza.
Así que el viernes tuve una sesión con mi “mentor-terapeuta”. En cuanto se encendió el Skype y me preguntó de qué quería hablar le solté el titular: ”estoy en un bucle con una persona y me siento bloqueada”. Y ahí empezamos a deshacer la madeja. Hubo un momento cómico de “por favor quítamelo no quiero sentir esto”, no puedo pensar con claridad, no dejo de sentir a máxima potencia lo bueno, lo malo, hasta lo regular. Pero es que es eso de eso se trata, de sentir, ¿puede haber cosa más maravillosa?
Ok siéntelo, pero ponte unos LÍMITES.
Así que me puse a trabajar mis límites para controlar el caballo desbocado de emociones y poder expresar con claridad lo que quiero y sobre todo, lo que necesito.
Vivo una historia constante de desencuentros con esta persona, cuando él llega yo me voy, cuando yo despierto él está dormido, cuando él se divierte yo descanso, y parece imposible reencontramos. No creo que no quiera verme, pero es tan frustrante estar cruzándose siempre, es como sentir que te bajas en la estación de tren y te lo encuentras al otro lado y nunca puedes acercarte. Hoy lo he tenido a menos de 10 cm, le he tocado y lo he sentido tan lejos…
Lo que deseo es tener una charla, poder mirarle a los ojos mientras le cuento “mis cosas”, poder decirle lo que le necesito, lo que puedo darle y escuchar lo que quiera contarme.
Necesito saber hacia dónde ir para poder salir del bucle. Prefiero un NO a un NO SÉ.
Ya no me quedan más pétalos en esta margarita y creo que ahora toca ¿quieres o no quieres? Y así poder empezar a construir lo que queramos o simplemente dejar volar los pétalos en libertad.
Semana completita , vamos.