La exquisita

Me he vuelto una exquisita. No sé si es por toda la situación, la edad o que me he vuelto una perezosa. Igual son las tres cosas a la vez, jajajaja.

El caso es que tras un largo periodo en barbecho de aventuras erótico festivas hemos decidido ir de exploradores. Es la primera vez que no tengo que arrastrar a nadie en mis fantasías . Tras innumerables conversaciones sobre sexualidad, individual y compartida, vamos a comenzar un camino juntos. Por momentos estamos emocionados y aterrados a la vez.

Mi pareja no es poliamorosa, tampoco es un monógamo inamovible, simplemente es consciente de lo complicado que es gestionar una relación (sobre todo si es conmigo) como para tener varias. Siempre me rio con él cuando dice que “no le daría la cabeza”. Lo entiendo. Tras años viviendo con varias relaciones simultáneas yo también llegué al agotamiento neuronal.

Yo siempre nos he visto como una pareja abierta. No es que le haya animado a tener aventuras sexuales, pero si tengo claro que igual no puedo cumplir todas sus necesidades y hemos creado un espacio de confianza y seguridad para hablar de que quiere explorar cada uno.

El resultado. Ambos fantaseamos con un trío desde hace tiempo o compartir un encuentro erótico con una pareja liberal  y ver que onda. Personalmente me gustaría invitar a jugar una persona (hombre o mujer, cis o trans) eso sí, que me caiga bien. Y aquí es donde me pongo exquisita. Soy sapiosexual, puedes ser un bellezón del calendario más hot, que como no haya una conversación fluida e interesante no me erotizo ná.

¿Me importa el físico? Si claro, pero lo que más me erotiza es la inteligencia, si viene acompañada de un buen envoltorio, fenomenal.  Yo funciono con clics, me pasa, que igual un gesto, una mirada o el mismo uso del lenguaje, me parecen irresistibles y activa todo mi mundo erótico.

Como me he vuelto perezosa y mi compañero es un experto en lo virtual le he encargado la ardua tarea de búsqueda. Me va contando y lo comentamos. Cada día vamos perfeccionando la técnica a base de ensayo error.

No me había dado cuenta de todos los “indispensables” para mí. Tras un primer chateo virtual, donde ser honestos con lo que nos gustaría compartir, hemos aprendido que pasar una foto es un indispensable. Ojo, foto vestidos y pose normal. Nada de pollas, poses imposibles de virtuosismo sexual, y no soporto los bikinis naranjas, entro en corto. Otro indispensable para mi, nada de infieles.

Me ha costado un mundo vivir con honestidad, comunicar las cosas con empatía, escuchar con los oídos y los ojos para entender los mensajes que se ocultan detrás de las palabras, como para tirarlo por la borda y entrar en un juego de mentiras que se encadenan. No tengo nada en contra de las personas infieles, cada cual mantiene su jardín secreto como puede y le parece, simplemente no es mi target.

Y ya lo último por lo cual parece una misión difícil encontrar gente, y por la que me reconozco exquisita, es que voy con mi discurso feminista a todas partes. Los cuidados, acuerdos que nos den seguridad a todas las partes, el consentimiento, el pactar los límites y por supuesto la protección sexual hacen que ese primer encuentro informal parezca un manifiesto y que a cualquiera se le indigeste un café. Menos mal que mi pareja está de acuerdo en estas cosas, pero igual un poco más de fluir no me venía mal.

No tengo nada de prisa, y si muchas ganas de que, sea lo que hagamos o no hagamos, nos valga para nuestra relación y nuestro autoconocimiento.

En este descubrir estamos disfrutando del proceso y poniendo en valor nuestra honestidad y las largas conversaciones. Hay desencuentros sí, pero sabemos hacia donde nos dirigimos y queremos cuidarnos. Así si alguien o algunos les apetece jugar podremos cuidar los vínculos entre tod@s.

La exquisita

9 comentarios en “La exquisita

  1. Hazzet Edith Acevedo S. dijo:

    Hola, tu, Exquisita, jeje… Saludos desde Colombia, de una poliamorosa, o mejor, biamorosa, que recién está empezando este camino. He sido swinger con mi esposo por unos 10 años, y hace dos años me encuentro con que necesito más los vínculos afectivos ligados al sexo, que los meramente sexuales, y mi esposo, en cambio, es netamente swinger. Leo tu post de hoy, y pareciera que estuvieras buscando más un encuentro del tipo swinger, que algo realmente poliamoroso. O tal vez, un encuentro que se inicie, como inician muchos hombres, que, gracias a la cama, llegan a los afectos. Por mi parte, he sido algo exquisita durante el ejercicio swinger, y aún más exquisita en el poliamor; también soy sapiosexual, pero me parece que un poli-amor no se sale a buscar, sino que se deja que llegue, como una mariposa, que mientras sales a cazarla, solo huye, y en cambio, si te quedas quieta, admirando el paisaje, se terminará posando sobre tí. Has sido mi guía en medio de esta búsqueda de la manera más ética y afectivamente responsable por seguir mi camino, sin atropellar las decisiones y opciones de mi esposo, y bueno, me gustaría seguir leyendo de la ruta que estás ahora siguiendo. Un abrazo,
    HAZZET EDITH ACEVEDO S.

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    1. Buenas querida , que bueno leerte desde Colombia. No he hablado del mundo swinger a propósito. Me parece una opción estupenda que valoré en su momento pero no encajaba con mi filosofia. Coincido en que el poliamor surge y te atrapa. Me veo más como una exploradora de escenarios diversos. Me interesa el erotismo más que el encuentro sexual en si. Como comento estamos apenas iniciando algo que igual no se cristaliza en nada pero que seguro es buenísimo para nuestro vínculo. Gracias por leerme y compartir tu experiencia. Este tipo de intercambio si me encanta 😉

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  2. «Mi pareja no es poliamorosa, tampoco es un monógamo inamovible, simplemente es consciente de lo complicado que es gestionar una relación (sobre todo si es conmigo) como para tener varias.»

    Identificación inmediata.

    Ahí estoy yo después de un par de polidramas. Recuerdo tu taller de celos donde contaba yo que una pareja que tuve parecía muy sorprendida de que llevara tan bien su relación paralela, sobre la que me mantenía al día, que parecía que buscara generarme celos. Esto me parecía muy extraño y así lo dije al contarlo. Una chica super joven (no se si apenas en los 20) que estaba sentada a mi lado me miró con cara de risa y me dijo en tono irónico «sí sí, superextraño». La miré dándome cuenta de lo obvio que era todo y me reí con ella. La verdad es que me encantó que me bajará así de la idea que conservaba desde hace años, tengo alma de clown y esas torpezas mías me hacen mucha gracia.

    El caso es que aunque he estado muy cómodo con una relación abierta por la otra parte, no salió bien cuando fue por mi lado. Tanto si fui yo el responsable como si no lo fui, prefiero no cometer torpezas (las cometo y a lo grande) y estar pendiente de que poder ayudar y apoyar del otro lado. Hay miedo ahí y me molesta pero hay también prudencia y cuidado.

    Siempre me conectas a algo y me llevas a una reflexión cuando escribes. Gracias.

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    1. Mil gracias Miguel. Yo no sé si son muchos años los que llevo o no pero que han sido intensos, eso si lo sé. Me considero todavía aprendiz del amor, de la vida, de las relaciones… siempre estoy en cambio y eso muchas veces me trae unos dolores de cabeza tremendos. Sobre las torpezas, cuanta razón tienes, Somos torpes porque apenas nos han enseñado toda la parte emocional y vamos como bebés aprendiendo a andar. El humor, es lo que muchas veces nos salva y hace que las cosas no sean «tan» tremendas.
      Recuerdo esa charla con mucho cariño y muy agradecida de todas las aportaciones que aparecieron. Espero repetir, no se si virtual o presencial, el corona marca los tiempos. Bico

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