Una verdad incómoda

Llevo desde 2015 en el poliamor, viviéndolo pero también acompañando el proceso de otras personas. En todo este tiempo me he leído todo o casi todo lo que ha sido publicado sobre este tema. En castellano, en inglés, sigo páginas web, blogs y leo todos los libros que me pueden aportar una base teórica para dotar de argumentos la experiencia vivencial.

En casi ningún libro de los leídos hasta ahora habla de una realidad que yo viví y he visto en muchas parejas con las que trabajo y he trabajado. Es el tema de cuando se abre la pareja como consecuencia de una crisis y el poliamor da una  posible respuesta a la situación.

La mayoría de libros sobre poliamor no recomiendan abrir la pareja cuando se está en crisis. Aquí siempre me ha jodido leerlo porque suelen ser libros anglosajones, y siempre me pregunto si será algo cultural  y solo a la cultura “latina”, le pasa que le invaden las emociones, y se convierten en seres irracionales  que se enamoran de otra persona y hay lio montado porque no dejan de amar al susodicho o a la susodicha. Parece que en otro lado del charco no pasa y además tienen una súper capacidad de hacer siempre lo correcto y tomarse tiempos de reflexión ordenada con un exquisito cuidado. Si hablan de polidramas, pero como si le pasase a otras personas  que evidentemente no están dotadas de herramientas emocionales.

Los escritores y escritoras de estos libros nos dan herramientas y ejemplos múltiples de cómo no cagarla, como gestionar los celos, como hacer una comunicación efectiva, como hacer acuerdos de sexo seguro que van a garantizar tu placer y evitar un contagio radioactivo. Siempre los he leído esperando el capitulo de la “verdad”. El testimonio verídico que me recuerde que son personas humanas vulnerables y normales que la cagan y aprenden, la vuelven a cagar y vuelven a aprender, o que coño, nunca aprenden, porque de eso también hay.

Yo entré en el poliamor porque mi mundo era pequeño. Sentía que podía amar más y de maneras diferentes. No quería hacer daño a mi pareja pero se lo hice, y mucho, porque cuando das el paso ya la jodiste, no tiene marcha atrás. Se agarró como un clavo ardiendo a todo lo que necesitaba y lo compró todo por no ser abandonado. Era una situación de desigualdad, de poder, donde yo tenía el poder porque había elegido seguir mi identidad y poner en riesgo mi pareja.

¿Estábamos en crisis? Claro que sí. Cuando no es una crisis económica es la crianza, si no es un problema laboral es una enfermedad de un familiar, ¿Cómo coño no se está en crisis con la vida? Así que me rio de los libros de poliamor que dicen no te metas cuando estas en crisis porque recomendaría un libro para saber cómo evitar las crisis en la pareja y en la vida en general.

Estoy cabreada, porque seguramente mucha gente que lee estos libros ha sentido lo mismo que yo en algún momento. Pensamientos de culpabilidad de “porque me metí en esto cuando mi pareja no estaba fuerte como el acero como dice el p.. libro”, que egoísta soy porque antepongo mi necesidad a la pareja y además se lo impongo,¿ como se cuida sin descuidarse una?, y un montón de pensamientos más de no acertar nunca. Así nació este blog , necesitaba compartir mis dudas y mis cagadas para sentirme mejor y con los años me han llegado mensajes de gente que ha agradecido el testimonio “real” desde las entrañas.

Como hago este blog hago en la terapia cuando acompaño a gente. Intentando trabajar desde la humildad porque yo no tengo la verdad, evitando el juicio sobre las emociones y sentires de la persona que tengo delante porque algunas de sus historias son comunes y conocidas para mí.  Otras muchas son desconocidas y me encanta que ellos y ellas me enseñen que hay muchas más respuestas y opciones, aprendo con ellas y de ellas y eso es lo que me encanta de mi trabajo, poder acompañar a las personas en su proceso con curiosidad, compasión, empatía y respeto. Claro que la cago y algunas veces me sorprendo dando mi opinión porque lo que escucho me mueve el culo de la silla y después me voy con mi látigo interno a  mi supervisora para decirle la cagué en esta sesión, suerte que por encima de mí siempre hay maestras que me acompañan y guían mi trabajo, agradecida hasta el infinito.

Bueno que me lio. Empezaba este post porque en los años que llevo acompañando parejas el 90% son parejas que se abren desde la monogamia y el otro 10% son parejas abiertas que vienen a terapia para aprender herramientas de gestión emocional. Esto  además coincide con la edad. Ese 90 % son parejas de entre 40-50 años con pareja estable de años y el pequeño porcentaje personas que apenas rozan los 30 y que lo raro para ellas y ellos es la monogamia.

Me alegra que la cosa esté cambiando, claro que sí, pero me jode que mi porcentaje mayor se cargue de un montón de culpabilidad porque ya es estresante lo que están viviendo como para que la sociedad moderna te diga que tienes que hacerlo estupendamente y para eso léete Etica promiscua u otros libros del mercado donde encontrar respuesta. Si tienes celos, hay un libro, si quieres dejar de sufrir por amor, hay un libro, si no sabes cómo abrir tu pareja hay un libro, hay libro para todo. Estoy un poco frustrada con esto porque cuando he asistido a las presentaciones de estos libros en el fondo esperaba encontrar un testimonio personal, poder preguntar directamente que opinión tienen las personas que escriben , como se sienten ellas y ellos, si tienen alguna crítica o algún descubrimiento fascinante del proceso de escribir un libro.

Yo también doy charlas y he recibido críticas desde todos los lados, que si es demasiado personal lo que cuento, que si esperaban más pedagogía y más teoría, que menos mal que no es un taller teórico, que se nota que no me he leído todos los libros de feminismo publicados en el mundo, me han criticado por decir teoría queer, he visto las caras de lesbianas desconfiadas porque cuando digo” tuve una pareja chica” piensan que fue una experiencia pasajera y sudo heterosexualidad por todos mis poros y por lo tanto no tengo derecho a hablar sobre diversidad sexual, vamos que una  no acierta nunca. Ah espérate que lo mismo soy una soberbia que la tía más campechana del mundo.

Lo que si reconozco es que tengo un espíritu crítico despierto. Escucho, pero me pregunto siempre si lo que me cuentan a mí me vale y voy aprendiendo y descartando a partes iguales.

Me he vuelto a liar. La verdad incómoda es que si, si abrimos la pareja porque estamos en crisis y muchas veces creemos que esta opción puede salvarla porque confiamos en que con toda la verdad y la honestidad puestas encima de la mesa se puedan deshacer malentendidos y costumbres , y tengamos una oportunidad de rehacer aquello que nos llevó a sentir un mundo pequeño, o limitante, o poco inspirador. Y quiero que la gente no se sienta mal por esto, que no se sientan menos evolucionados o incorrectos, que no duden de sus capacidades, yo lo hice y tuve mucha ayuda para dejar de sentirme así , que sean capaces de leer un libro y digan que les parece una mierda y no sienten que allí tengan respuestas y puedan construir las suyas propias.

Basta de sentir presión, la del amor romántico y la del amor liberal, la de los/las gurús y los ejemplos magníficos. Viva la incorreción, el aprendizaje, la duda, las múltiples equivocaciones y los errores.

Yo voy a celebrar que sé que no se, y que la vida es un camino de constante aprendizaje y desaprendizaje, y durante un tiempo voy a dejar de leer libros sobre relaciones idílicas, terrores, poliamores y mas allás, estoy agotada.

Una verdad incómoda

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