«Me gustan tus pies»

En este intento de fluir y sacar la patita de la cueva he tenido un gran descubrimiento sobre mí, sobre los ritmos de las personas, sobre no forzar y la importancia de vivir todas las fases del desamor.

Cuando más bajita estaba de ánimo apareció una lucecita pidiendo paso para conocerme. Ya conté como me lo encontré y en qué estado estaba él, pasando su propio duelo. Desde un principio yo me plantee la historia sin presiones, sin expectativas y con calma, y lo mismo le plantee a él. Supongo que para él concentrar toda su energía en una nueva relación anestesiaría su propio dolor. Para mí era claro que no era una opción mágica para olvidar y desde el principio dejé claro lo que estaba dispuesta a dar y lo que no.

Decidimos fluir pero no confluimos en las maneras. Mientras yo estoy en el autocuidado, dedicada a escucharme y dándome tiempo para ir curando el corazón, él, como buen disfrutón de la vida, se dedicó a intentar enamorarse para así salvar su alma. Igual el objetivo concreto no era tanto enamorarse como si intentar tener una conexión brutal para que toda la energía negativa desapareciese y con eso el dolor.

Yo sentí la conexión amistosa desde el primer momento, de hecho yo creo que la tuvimos siempre a lo largo de estos años, pero sentir que esa persona te desarma y te vuelves líquida, eso no lo sentí. Sentí ilusión si, y curiosidad, y creo que en el fondo también proyecté en él la posibilidad de salir de este bucle melancólico que tardará en irse.

En este caminar de ir conociendo profundamente a una persona me topé con la duda. Como dice él, “soy una duda con patas”, y mi claridad no consiguió deshacer su duda. Le sentí mareado de aquí para allá, por unas y por otros, llenando sus vacios y sus dudas, pidiéndome que abriese mi corazón sin ser él capaz de abrir el suyo, para conectar, pero sobre todo para que tuviese sentido. Es curioso porque desde aquí yo le he tirado de las orejas diciéndole:”eh, chico, para, y si, conecta, pero primero contigo mismo”. Y de eso se un rato largo, porque es lo que yo estoy aprendiendo y me está costando mucho.

Llegó el malentendido  y donde el no veía conflicto yo veía una oportunidad de hablar y de aclarar donde y como queremos estar. Él sabía el QUE, y es tan fácil como “yo sé que te quiero en mi vida”, pero nos faltaba el COMO.

Fui dejando miguitas para seguir un rastro para que el entendiese mi difícil COMO.  Los cuidados de los espacios para hacer sentir especiales a las personas son fundamentales para mí, y que caray yo quiero lo mismo. Ahora no quiero ceder un ápice esa necesidad que tengo de ser cuidada, y esto no significa mimada, pendiente, consentida, sino respetada, escuchada y sentida. Y lo ha intentado, y ha pedido aprenderlo, y ahora lo haremos, sí señor, pero no desde la idea de tener que amarnos  para curar nuestros respectivos dolores, sino desde la amistad que también es otra forma maravillosa de querer.

Ayer lo entendí, fue de repente, un chasquido en la mente mientras nos comíamos mutuamente intentando conectar a través del sexo. Sentí que no estaba presente, que cada caricia le trasladaba a otro escenario y que su energía por mucho que yo intentase jugar no iba a cambiar. Y no me importó, porque  entendí cual es el momento en el que estamos y que cosas necesitamos los dos, y está claro que es una conversación cómplice con un buen vino, con caricias de sofá y besos tiernos pero cada uno con su propio dragón, y a ese hay que enfrentarse solos. Y me hizo un regalo que me emociona, porque en un intento de sellar el “solo podemos darnos hasta aquí”, masajeó mis pies y me pareció el momento más bonito que he vivido en estos últimos meses de lucha contra el olvido.

Hoy me he levantado ligera, serena y sabiendo que ayer fue un punto de inflexión y no solo con él sino con mí propio proceso. Ahora me siento más libre para quererle sin tener que forzarme a sentir rápido y conectar, porque la conexión siempre existió aunque yo la negara, y aunque este no sea el momento quien sabe lo que el futuro nos depara. Solo se que yo también te quiero en mi vida.

«Me gustan tus pies»

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s