Inmersión total.

En apenas unas horas voy camino a Madrid para un curso intensivo de una semana con convivencia de gestión emocional, agrrrrrrrrrrrrrrrrr. Apenas acabo de llegar de Barna y me meto en otra, soy la leche.

Creo que acabaré Marzo hecha una piltrafilla, con el coco medio sofrito de tanto entrar dentro de mí y mis emociones.

Por un lado me apetece mucho, porque es una herramienta interesante. Voy con una amiga y además voy  a reencontrarme con un amigo que hace tiempo que no veo. Por otro lado es todo tan seguido y pasar la semana santa sin mi familia, dejar a mi pareja con las niñas y bastante curro, ainnnnn que mal coincide.

Lo peor, vamos en bus. Vamos de tiradas totales, ni blablácar miramos, jajajajaja. Tengo toda la noche de hoy para debatir con mi amiga sobre lo humano y lo divino, intentar descansar algo para no tener forma de cuatro mañana e ir haciéndome a la idea de estar desnuda emocionalmente.

El encuentro con mi amigo prometía. Hay una conexión muy interesante a nivel intelectual y es un  chico que me interesa, súper sexy. Pero…. aquí la menda como no quería verse en una situación ridícula tirando la caña, y aprovechando que él también es facilitador, se lo solté. Menos mal que me contestó y agarró  el tema por los cuernos y no me dejó en la nada sin una respuesta a mis proposiciones de inmersión total, jijijijiji, inmersión cuerpo-mente.

Bueno tras unos cuantos correos de intercambio donde cada uno expresó lo que pensaba y sentía, ayer hablamos por teléfono. La verdad, nunca me había parecido tan cariñosa una negativa. Más o menos me vino a decir: “quiero cuidar nuestra amistad y nuestra conexión pero no vamos a tener sexo, he elegido a mi pareja”. Bien, aclaro, yo no le invité a que decidiese sobre una cosa u otra, como bien sabéis lo mío es compartir y me parece maravilloso lo bien que se lleva con su pareja, pero evidentemente tener una relación sexual conmigo es cruzar la línea de la infidelidad. Me pareció genial poder hablarlo y que él se sintiese confiado y cómodo para decirme lo que opinaba. Como si sentía el deseo y estoy en sus fantasías pero no quiere cruzar la línea de la “genitalidad” (estas fueron sus palabras).  A mí la genitalidad me la chufla, lo que me preocupa realmente es el deseo, pero bueno vamos a cuidar nuestra amistad y veremos cómo va. Yo por si acaso me cogeré la litera más alejada porque hacer la cucharita con cariño y nada más para mí es muy límite. Llamarme salida pero no hay necesidad de jugar con fuego.

Estaré desconectada del blog una semana, a la vuelta os cuento.

Feliz semana santa.

Bicos

Inmersión total.

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