El poder personal

Acabo de llegar de un curso en Barcelona de cuatro días. Es parte de mi formación como terapeuta, y aunque ha sido intenso, he podido disfrutar de esos días de soledad sin ninguna responsabilidad más allá de  lo individual.

Cuatro días dándole a la tarra intentando entender un poco más que es el “poder personal” dan para pensar mucho. Parece que cuando tienes mucho poder todo es más fácil, eres capaz de explicarte mejor, tienes claridad en saber lo que quieres, te sientes más seguro,… pero cuanto no tienes mucho poder estás en todo lo contrario.

En mi vida lidero mi familia, también la comunidad poliamor y en la vida laboral soy mi propia jefa y llevo la formación de un grupo. Estoy metida hasta el fondo en el activismo social desde mi mundo y todo esto me da un alto poder personal. Sin embargo leyendo los últimos post que he escrito hay una sensación de pesadez, cuesta arriba, vamos que parece todo chungo.

Me pasé estos cuatro días sintiéndome sin apenas poder personal porque estoy empezando mis estudios y compartía espacio con otros alumnos que ya llevan muchos años. Además me encontré con mi antiguo mentor-terapeuta, y aunque parecía que todos nuestros frentes y luchas  de poder se habían cerrado y aclarado parece que no es así. De alguna forma aunque me he desvinculado de él, sigue teniendo un poder de influencia sobre mí. Que me ignore me molesta y me entristece, y a pesar de esto decidí no hacer nada.

Una de las cosas que aprendí en este curso que ya sabía pero conviene recordar es que “uno no puede no influenciar”. Cualquier actitud que tomamos en nuestra vida produce un movimiento, incluso quedarnos quietos. También aprendí que no tener poder personal mostrando la vulnerabilidad abre una nueva forma de dialogo, y a veces es liberador.

El tema de la vulnerabilidad me ha interesado mucho y he leído todo lo que caía en mis manos. Nos enseñan a ser fuertes y valientes, a ser extrovertidas, triunfadoras, a seguir para adelante a pesar de todo, pero eso no es realmente lo que nos conecta. Las conexiones surgen cuando mostramos nuestras partes más “humanas”. Voy a dejaros aquí una charla sobre este tema que me sirvió para entender muchas cosas. https://www.youtube.com/watch?v=iCvmsMzlF7o

Otra cosa que salió en este curso muchas veces fue el tema de la COMPASIÓN. Y aquí sí que me paro. Nunca me había aplicado la mirada compasiva a mí misma para ver cómo han ido las cosas. Tampoco la estaba utilizando para mirar a mi pareja, creo que solo la utilizo con las niñas, a todos los demás les exijo mogollón. Doy cuidados a todo el mundo y exijo lo mismo para mí. Mando 20.000 whats ups al día para tener a todos mis contactos contentos y me encantaría recibir lo mismo. No me había dado cuenta hasta que no empecé a mirar desde fuera con la compasión que cada uno hace lo que puede. Sí que es verdad que empecé el año liberándome del apasionante mundo de las expectativas y he recibido muchas sorpresas agradables e inesperadas al no exigir nada.

“Siete” aunque lleva casi dos meses fuera me ha cuidado muchísimo. Con ella me ha funcionado de maravilla el dejarme llevar, el ir viviendo cada cosa que va llegando como una pequeña sorpresa. Casi todas las mañanas tengo un mail desde los mares para recordarnos que estamos unidas y creando nuestra propia historia. Se ha comido todas las lágrimas del mes de febrero y desde la distancia ha sido mi mejor apoyo y tremendamente respetuosa con mi pareja. Siete es quizás la persona más valiente y fuerte que he conocido. Tiene una situación súper difícil,  pero ahí está luchando por su hija en el apasionante mundo hostil que es el ejército para una mujer, lesbiana y madre. Con todas estas circunstancias está intentando entender y vivir este mundo complejo del poliamor y disfrutar de lo que nos podemos dar. Es una mujer poderosa, y aunque a veces se olvida y se siente minúscula yo sí puedo ver ese poder personal que la hace grande.

Antes de irse tuve un momento de poder personal de mierda. No lo había contado antes porque quería darme tiempo para encontrar el camino. El sexo ha sido un obstáculo para mí. Entrar en un mundo nuevo desconocido para mí como el de las mujeres me ha supuesto mucha presión. He aprendido a complacerla con toda la curiosidad y el interés de una novata, y de eso estoy orgullosa, pero en el camino he dejado mi propio placer a un lado. No me he dejado disfrutar, no he confiado en mí, y he sentido miedo. El penúltimo día me pillé un agobio de la leche. Me sentí tan  impotente…. Al día siguiente  le vomité por whats up toda mi frustración y su respuesta fue tremendamente cariñosa.

Este fin de semana comprendí una cosa. Ser bisexual (odio las etiquetas) no te hace sentir poderosa más bien lo contrario. Para los hombres es un aliciente, algo exótico y una oportunidad para realizar todas sus fantasías. NI DE COÑA. Para “Siete” ha supuesto sentirse insegura a la hora de complacerme porque vengo del mundo de los hombres. Estar en el medio es una putada y está claro que todavía tengo que entender cómo es esto. Para la sociedad si eres hetero, gay o lesbiana por lo menos estas en un equipo claro. Pero esto de estar en el medio, que coño es. Pero esto será otro post.

Poderosa o vulnerable, ahí me moveré cada día, pero con compasión habrá aprendizaje útil seguro.

El poder personal

Un comentario en “El poder personal

  1. zittissima dijo:

    Sinceramente, de todo lo que he leído sobre ti, creo que es de lo mejor, simplemente porque hablas con total sinceridad, porque expones tus emociones más que en ningún otro post. Hace falta gente que hable tan claro como lo haces tu.

    Esperaré pacientemente a leer tu visión de la bisexualidad y qué supone para ti ese «estar en medio».

    Un saludo,

    Z

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s