Hoy me siento frágil.
Como dice Ana Elena Pena (http://anaelenapena.blogspot.com.es/)en una parte de su poema Fragile:
“Contiene elementos altamente sensibles,
tiernos,
fácilmente excitables,
emotivos
y extraordinariamente sinceros.”
No ha pasado nada y ha pasado todo.
El otro día estaba tomándome un café con mi pareja y me comentó que había contactado a través de Facebook recientemente con una antigua amiga del instituto. Empecé a notar una sensación extraña en el cuerpo, y me dispuse a escuchar. Me cuenta que es un antiguo amor. Anda, mira tu! Así que empieza la bolita en el estómago a crecer. Que la chica en cuestión está separada y que le encantaría tener “algo” con ella. Zas!
Me tomé mi tiempo antes de decir cualquier cosa irreflexiva porque no es mi estilo. Así que me pregunté a mi misma:¿Qué es lo que te molesta de lo que te está diciendo?¿Qué hay de diferente con respecto a las otras relaciones que tiene? El vínculo romántico, está claro. Así que surgió el miedo. Ese miedo irracional que te envía mensajes de vas a perderlo, y le pregunté como siempre hago: ¿tengo que preocuparme por algo? Y me contestó que NO.
Y aquí se acabaron mis preocupaciones, la confianza es la razón, confianza ciega en él y en la situación, y en que si pasa algo diferente a lo acordado lo hablaremos y encontraremos la mejor solución para los dos.
Otro tema que me hace sentir frágil: he recuperado a Margarito, pero todavía no sé cómo y de qué manera, y tengo miedo.
Con él no hay acuerdos que me hagan sentir segura, todo es improvisado y además la comunicación es típica de un monógamo. Creo que hemos vuelto a reencontrarnos porque en este tiempo que hemos estado separados nos hemos dado cuenta de que nos deseamos. Yo he utilizado estas dos semanas para poner un poquito de escarcha en mi corazón, intentar tomar distancia y no pensar en nada.
Ya hace cuatro semanas que dejamos de tocarnos y besarnos. Que mejor manera de reencontrase que con un beso! Será un bonito comienzo.