Hoy tuve resaca, y no solo es porque ayer salí.
Han pasado 6 meses desde que le dije a mi pareja que no era monógama.
Todo este tiempo ha sido un aprendizaje personal de una intensidad abrumadora. La pareja ha pasado por todas las fases, desde la destrucción de un modelo que nos había valido a los dos toda nuestra vida, los celos, la desesperanza, los abismos insalvables, hasta el punto en el que estamos hoy.
Nos hemos reconstruido como pareja de manera sólida, el nivel de comunicación es fluido, constante y honesto . Vivir sin mentiras y pudiendo expresar en todo momento como te sientes de manera confiada y tranquila, es liberador. Poder llorar, poder enfadarse y discrepar, poder indagar en aquello que nos puede ir bien a los dos, y sobre todo, poder amarnos y cuidarnos ,es una meta que nunca soñamos conseguir, y aquí estamos.
¿En qué punto estoy yo? Hoy muy cansada. Sufro la resaca de haber estado todos estos meses dándolo todo. Todo de mí, con la mente abierta y despierta para entenderme y no perderme nada de lo que iba pasando.
He pasado por un montón de fases. El descubrimiento, esa energía del comienzo donde todo es novedoso y tienes ganas de comerte el mundo. La primera decepción, y no poder ni saber cómo abordarla. El aburrimiento, explicando siempre lo mismo y recibiendo siempre las mismas preguntas y respuestas. Los celos , sobrellevándolos. El abandono, esos cachitos del corazón que se van.
Mientras pasaba por todas estas fases iba intentando construir mis propios límites éticos y aquí he tenido muchísimas dificultades. Los monógamos, los infieles, los que buscan la «chispa», los que buscan una diosa o simplemente un polvo. Con todas estas opciones me he tenido que preguntar dónde estaba yo y como quería relacionarme.
Al principio solo quería conectar, y para ello hay que probar. Ahora estoy agotada, me he dado cuenta de que mi energía es limitada.
He intentado cuidarme y protegerme pero también dándome permiso a sentir las emociones, las buenas y las malas. Muchas veces me he sentido sola a pesar de estar acompañada, y claro que me sentí apoyada infinidad de veces por mis amigos, mis amantes y mi pareja. Soy consciente de que tenía que haber pedido más ayuda, una caricia, una mirada, apoyar la cabeza en un hombro mirando el horizonte, pero soy cabezona y fuerte y se me olvida que yo también os necesito y no puedo sola.
Fuera llueve, lleva así todo el día. Por aquí dentro también llueve sobre mojado porque estoy cansada de buscar cuando ya encontré. Ahora solo puedo dejar pasar el tiempo para recolocar la cosas y para vivirlas de «otra» manera.